Podría tratarse de unos de los personajes singulares que rodean nuestras cofradías, pero no lo es, Carlos es mucho más que eso.
Carlos Pineda García es un ejemplo de fidelidad y cariño a la Hermandad del Carmen, en cuya nómina ingresó hace casi 30 años. Amigo de todos, es querido y respetado por quienes lo tratan; porque Carlos es entrañable, pero también decidido y firme a la hora de prestar su servicio allí donde hace falta, donde la Hermandad lo necesita.
Acólito desde los primeros tiempos, Carlos nunca falta a cada cita en los cultos para portar su cirial. En los montajes o en las labores de priostía, raro es no encontrarlo en faena limpiando plata o cargando «chismes». En la Cuaresma, cuando llegan los ensayos de costaleros, allí se planta puntual, con su peto fluorescente, para cortar el tráfico. Y cuantas cosas más…
Cuanto se te quiere Carlos y que bueno es que todo el mundo lo sepa, y que aquél que no te conozca lo haga.
Don Carlos Pineda García, historia viva de la Hermandad del Carmen. ¡¡¡Artooo!!!