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La música de «Pasión de Linares»

Una aproximación a la música de Pasión, hecha para Dios

Hablar de “Pasión de Linares” es hablar de la música hecha agrupación musical. Es hablar de armonía, de variedad de un repertorio que sabe conjugar lo clásico, con lo actual y propio; pero, sobre todo, es hablar de un trabajo, que arrancando en 1996, les ha convertido en la gran referencia de la música procesional. Buena parte del éxito, se debe a la encomiable labor de su director, Juan Luis López, y de sus ayudantes musicales, como Esteban Torres, así como del gran elenco de reconocidos compositores que han contribuido con acierto aportando un buen número de marchas de calidad incuestionable.

Para lograr ese objetivo de excelencia que la formación persigue desde sus orígenes, no sólo se ha centrado en el tipo y complejidad de las marchas que forman o formaron parte de su repertorio, sino de manera principal en el plano técnico-instrumental, lo que ha hecho que logre sonar diferente a otras formaciones, con gran afinación y sonoridad.

Pasión de Linares en concierto
Pasión de Linares en concierto. Foto: De Cirez

La estructura de la plantilla musical de esta formación, donde los registros musicales se utilizan al máximo, a pleno rendimiento, también es característica y peculiar. La voz principal, como en todas las agrupaciones musicales, recae en la trompeta, manteniendo la banda el registro musical clásico propio de este tipo de marchas pero, a diferencia de otras formaciones, conjugándolas con el enorme virtuosismo que requiere la interpretación de las marchas propias, que exigen registros más amplios y ricos, con un gran despliegue técnico que hace que su música sea parecida a la música más culta, “de conservatorio”.

La de trompetas es la cuerda donde recae el peso de la melodía de las composiciones, empleando la tonalidad Si Bemol, que da a las composiciones un toque más dulce y no tan brillante y militar como el que dan las trompetas en Do, que es la tonalidad que, por lo general, se ha usado siempre.

Es en la cuerda de cornetas donde quizás radique “el secreto” de la peculiaridad y personalidad del sonido de esta banda en su conjunto, ya que es su cuerda más llamativa. Y ello, se debe a que, generalmente, en este estilo musical de agrupación musical, son muy escasas las formaciones que tienen una cuerda con tantísima técnica, capacitada para afrontar marchas de tanta dificultad, hasta el punto de “evocar” más a marchas de cornetas y tambores que a las más características de las agrupaciones. Una simbiosis entre el repertorio clásico, donde el papel de las cornetas es prácticamente secundario, y el repertorio propio y moderno, donde saben acercarse más al publico conjugando el sonido que tenían las agrupaciones musicales antiguamente con la instrumentación completa que no tenían las bandas de cornetas y tambores, cobrando la corneta un papel muy importante.

La música de "Pasión de Linares"
Pasión de Linares en su local de ensayos
La cuerda de cornetas
Las cornetas de Pasión de Linares

Usan en las cornetas varias afinaciones según la composición: de “Do/Reb”, con las que se equipara el peso melódico en una composición e iguala con la trompeta “primeras” dando protagonismo a la corneta al nivel de formaciones de “cornetas y tambores”; y de “Do/Sib/La” de dos pistones, que abre un abanico de posibilidades y tonalidades que las cornetas clásicas generalmente usadas en Agrupación Musical (Sib/Do) no suelen ofrecer.

Otro signo distintivo de esta banda y poco visto, es que esta cuerda de cornetas en su totalidad puede variar su posición en la formación de calle según la marcha que estén interpretando. Si la corneta tiene menos protagonismo se sitúan detrás del grupo armónico (formación clásica), pero cambian su posición situándose delante del grupo armónico si su voz adquiere mayor protagonismo (formación moderna).  

Las trompas en Fa resultan un instrumento que tímidamente las agrupaciones musicales han ido introduciendo, pero Pasión de Linares no le da un uso de mero acompañamiento. La trompa tiene un papel tan importante que, en determinadas ocasiones, puede llevar el peso melódico de la composición. En formación de concierto se sitúa al frente, entre trompetas y bombardinos, lo que indica el lugar preferente que ocupa. Se aprovecha así el carácter versátil de este instrumento y que permite efectos tímbricos especiales.

A modo de acompañamiento a la melodía principal y con fin armónico, se abre otra voz en las trompetas en Sib “segundas y terceras”; trombones en Do “primero, segundo y tercero”, trombón bajo, bombardino en Sib “primero y segundo” y tuba en Do. Estos instrumentos forman el denominado grupo armónico o “colchón armónico”, que añaden ese sonido tan profundo y envolvente característico de la formación.

Y por último la percusión, que se caracteriza por ser un “metrónomo”, por el buen ritmo que lleva. Compuesta por címbalos (platos), cajas para redoblantes, tambores y bombos, marcan el ritmo de la Agrupación, por lo que se trata de una de las secciones más importantes no sólo de esta formación, sino de todas.

La conjunción de todos estos instrumentos, y sus correspondientes afinaciones, hace que al escucharlos en su conjunto se disfrute de ese sonido tan envolvente.

Pero como decíamos, el éxito de Pasión de Linares no radica sólo en su calidad interpretativa, sino en saber escoger las piezas de nueva factura que, con un lenguaje musical moderno y actual, resultan muy distintas a las composiciones clásicas que cualquier Agrupación Musical posee en su repertorio.

En sus inicios hicieron un tipo de música pura, absoluta, nutriéndose de las marchas clásicas de agrupación musical del momento. Pero, aunque los clásicos forman parte de nuestra tradición y hay grandes obras, desde el punto de vista artístico, la formación tiene otra aspiración: dar muestra de que la música está viva y evoluciona, dejando en cada época la impronta de su sello y estilo. Y también, buscando otra forma de entender esa música hecha “para Dios” con otro tipo de música y de entenderla: la descriptiva, para evocar o transmitir en la mente de aquellos que escuchen su música las escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y dar, así, el apropiado contexto a la música.

Es con la aparición del compositor nazareno Nicolás M. Barbero Rivas en la formación, en 1998, tan solo dos años después de la fundación de la banda, cuando empiezan a introducir y definir ese estilo que se buscaba desde un principio. Música descriptiva, que les llega de la mano del citado autor con una nueva composición: “Sangre en tus clavos”, pieza que rompe los esquemas del género de agrupación musical sobrepasando el cerco que tanto ahogaba a este estilo, a veces tan reprochado por la música que se componía. Música que  desde el comienzo “traslada” al oyente a la escena de la crucifixión con los tres acordes iniciales en fuerte que bien podrían representar el momento en el que clavaron al Señor en la Cruz.

Este compositor contribuirá a esa forma de describir los momentos de la Pasión del Señor con otras marchas como “Triunfo en tu Santa Cruz”, “Lloras en tu Soledad” (que bien podría describir la angustia y tristeza de María a los pies de la cruz), “Atado a la columnayA la memoria de un amigo”, que fue la última composición entregada a la formación y que crea un “mensaje de esperanza” en torno a la figura de un componente fallecido recreando un diálogo con éste a través de la partitura, usando figuras musicales que recrean el sonido que se produce al pronunciar el nombre del finado.

Todos estos trabajos destacan por aportar un lenguaje musical renovado al mundo de la música cofrade, de corte descriptivo, incorporándole vanguardias compositivas propias de su tiempo.

López Gándara y Juan Luis López, director

Luego, vinieron otros autores para trabajar en la misma línea de este tipo de música, como el compositor ubetense Cristóbal López Gándara, que aprovecha el gran despliegue técnico de la banda y tiene en cuenta el estilo claro y definido de Pasión de Linares (siendo la base de su estilo las obras de Nicolás Barbero), aportando música tendente a lo sinfónico y lo dramático. Compositor que alaba el buen trabajo de la formación en el aspecto musical y cómo la banda afronta el reto de la dificultad de sus marchas.

Gándara aportará no sólo este tipo de música descriptiva a la formación, como por ejemplo con la marcha “Nunca camina solo”, sino también música programática con “Al Señor del Prendimiento”, en la que en cada sección de la obra se va describiendo una escena del prendimiento de Jesús. En este tipo de música, se representa una idea pero mediante un programa o guión, que la descriptiva no tiene.

Y para aportar también su música absoluta, música propiamente dicha, sin guión previo, este polifacético autor compuso “Volver a la Vida, que al tener el sello sinfónico de su autor pudiera hacer llegar una idea extra musical para evocar la obra.

Por su parte, el compositor sevillano Francisco J. Torres Simón ha sido uno de los últimos autores destacados que se ha unido a este equipo de grandes músicos que viene engrandeciendo la música de La Pasión con su obraAl que yo bese, en la misma línea de música descriptiva que se venía trabajando y que según sus palabras “la banda le brindaba un equipo musical sin limites técnicos con los que poder crear” apoyada en “la calidad de sus intérpretes y su director que es excepcional, resultado expuesto por la banda en cada concierto o salida procesional”.

Pero no sólo estos sino otros grandísimos autores han contribuido con sus composiciones a engrandecer el repertorio de la formación. Mena Hervás (“Redención, Pasión y Amargura”, “Cirineo para Ti, Señor”, “Jesús del Prendimiento”), Esteban Torres (“Y nació en Triana”, “Jesús a María”, “Sanctus”), J. María Sánchez Martín (“Misericordia”, “Páter Aeternum”), Fran Ortiz (“El Sumo Sacerdote”, “Llegó Tu hora), Pedro M. Pacheco (“Duquelas de un Dios Gitano”, “Mi Cristo de Bronce”, “Ayudadle con la cruz) o Juan L. Del Valle (“De tus Penas, soleares”, “Con la primavera”), entre otros, son claros ejemplos de compositores que aportan mediante el pentagrama esta forma de hacer música “para Dios”.

La combinación de factores expuesta en este artículo pretende ayudar de algún modo, a entender por qué esta formación tiene un sello tan diferente a lo que estamos acostumbrados a escuchar en Sevilla y que, poco a poco, y a medida que se vaya conociendo aún más, servirá para el más que merecido reconocimiento.

Antonio Porrúa

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